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Mi corazón rebosa de gratitud. No hay palabras suficientes para expresar lo que siento hacia Casa de las Mercedes y todas las personas que hacen posible su increíble labor. Gracias a su apoyo, mi sueño de convertirme en enfermera está cada vez más cerca de hacerse realidad.
Antes de llegar a Casa de las Mercedes, mi futuro era incierto. Tenía el deseo ardiente de ayudar a los demás, pero me faltaban las herramientas y la confianza para lograrlo. Fue aquí donde encontré el impulso que necesitaba, el apoyo incondicional que me permitió creer en mí misma y en mi potencial.
Casa de las Mercedes me ha brindado mucho más que una oportunidad educativa. Me ha dado un hogar, una familia, una comunidad que me sostiene y me anima a seguir adelante. Cada día, aprendo no solo sobre enfermería, sino también sobre la importancia de la empatía, la compasión y el servicio a los demás.
Me emociona pensar en el futuro, en el día en que pueda ponerme mi uniforme y comenzar a cuidar a quienes más lo necesitan. Sueño con ser una enfermera que marque la diferencia, que lleve esperanza y alivio a mi comunidad. Y sé que lo lograré, porque Casa de las Mercedes me ha dado las bases para hacerlo.
Estoy convencida de que el apoyo que he recibido es un regalo que debo compartir. Así como a mí me han tendido la mano, yo quiero extender la mía a quienes más lo necesitan. Quiero ser un ejemplo de que los sueños se cumplen, de que la gratitud se traduce en acción, de que el servicio a los demás es la mayor recompensa.
Agradezco profundamente a cada persona que forma parte de Casa de las Mercedes, a quienes donan su tiempo, sus recursos y su amor. Su generosidad está transformando vidas, está construyendo un futuro más justo y solidario.
Si tú también quieres ser parte de esta cadena de gratitud y servicio, te invito a conocer más sobre Casa de las Mercedes y a sumarte a nuestra misión. Juntos, podemos construir un mundo donde todos tengan la oportunidad de alcanzar sus sueños y de servir a su comunidad.
